Hola mi nombre es Diego Garzón Camargo, soy de una comunidad llamada San José Xacxamayo, ubicada en la Sierra del Tentzo, ahí cursé la primaria, secundaria, tres semestres del bachillerato y los otros los cursé en Los Ángeles Tetela, comunidad cerca de donde vivo. Recuerdo que iba en la primaria cuando llego Fundación ¿Sabías qué? IBP a impartir talleres educativos a los niños, adolescentes e incluso a los adultos.
Cuando tomaba esos talleres despertó en mí una inquietud de curiosidad por las cosas que había fuera de la comunidad. Mientras me platicaban chicos de diferentes universidades sobre sus carreras, ambiente social y cultural, me llenaba de alegría de poder algún día ser parte de eso, lograr esa meta que ningún otro integrante de la comunidad podía aspirar más allá de los cerros que nos rodeaban, mientras pasaban los años iba adquiriendo más conocimiento de como era la vida universitaria, ya que la Fundación nunca abandono a la comunidad y seguía trayendo chicos universitarios para poder brindarnos sus conocimientos y experiencias; entonces ingrese al bachillerato con una mentalidad diferente, lo que quería era ser un ingeniero en sistemas computacionales, fabricar carros e incluso volar aviones veloces.
Cuando egreso del bachillerato para poner cursar una carrera universitaria, la Fundación me apoya y me incorpora a su programa Casa del Estudiante, donde chicos de mi comunidad se hospedan durante su estancia en la universidad: Nos brindaban apoyo en especie, gastos de manutención, etc.
Así comenzó mi vida en la universidad, pero me di cuenta que mi nivel académico no era bueno para una ingeniería, tenía un rezago académico muy deteriorado, ya que nunca recibí una buena educación por parte de la instituciones que había ido, por ello viví en carne propia lo difícil que es la vida universitaria y más aún una ingeniería en software, mis conocimientos no eran tan altos para esos requerimientos. Ante esta situación, deserté de la universidad. La Fundación, que nunca dejó de apoyarme, me impulsó para corregir mi educación en las áreas de matemáticas y lectura.
Así nace otra aventura, mi vida a través de Kumon, antes de ir a esta institución mi nivel académico era de lo más torpe por llamarlo así, realmente no sabía hacer operaciones básicas, de esas que se veían en primaria, para no hablar de cosas más avanzadas, no podía comprender una lectura, idea principal de un texto, sintetizar información, reconocer estilos de párrafos, pero durante mi estancia en Kumon, cada día se volvió una gloria, una fortaleza para mi conocimiento y aprendizaje.
En esos momentos me sentía con un entusiasmo de poder hacer cosas que no sabia ni imaginaba, cada ejercicio, cada hoja, cada nivel era una meta de superar mis obstáculos, de poner saber que podía hacer eso y más, equivocarme, borrar y volverlo a intentar hasta que obtuviera el resultado exacto de cada ejercicio, debo reconocer que a veces me sentía cansado, frustrado, con ganas de arrojar las hojas de cada ejercicio y ya no hacer nada, pero cuando lograba entender los temas y resolver los ejercicios, no había mejor sonrisa en mi cara más que la mía, esas ganas de gritar YO SI PUEDO era de lo más satisfactorio en mi vida, aprender cosas nuevas todos los días, cosas más avanzadas que en otro momento eran de lo más difícil que solía pensar, aunque el tiempo que pasaba en Kumon eran 3 horas o más sentado, pensando y resolviendo cada problema de matemáticas y lectura, no importaba ese tiempo al contrario quería más, más y más.
Poner empeño de la oportunidad que me están brindando, su tiempo y conocimiento. Iba a todas mis clases con un pensamiento de ¿qué voy aprender hoy de nuevo? ¿me costará trabajo entender ese nuevo tema? ¿qué tiempo me llevará aprender un tema nuevo?
Pero eso no importaba, aquí lo importante era creer en mi mismo, de mis capacidades y habilidades para aprender, mientras pasaba el tiempo como relámpago, iba obteniendo conocimiento nuevo y entendía temas que nunca había visto durante mi educación, la forma de retener conocimiento era sorprendente, mi destreza para solucionar problemas matemáticos, el tiempo que me hacia por cada ejercicio, realmente era más eficiente cada día que pasaba en Kumon.
He finalizado Kumon de los niveles A hasta el I de lectura, A hasta el O de matemáticas, incluyendo los niveles avanzados del XT hasta el XV y me siento como un genio y creo que esa palabra se queda corta, la manera en que me veo a hora no es la de hace un año, lo que he aprendido en Kumon me ha favorecido muchísimo ya que ahora me encuentro en la universidad, cursando una ingeniería en software, cosa que antes era imposible para mí, todo el conocimiento que he aprendido durante Kumon no se puede pagar con nada en el mundo, me siento con más seguridad en mis estudios universitarios gracias a Kumon Palmas Plaza donde la instructora Mavi me apoyó incondicionalmente en mi proceso de formación académica, la verdad no se como pagar esta gran oportunidad brindaba, ya que con su paciencia y conciencia de poder apoyar a un chico de bajos recursos para cumplir sus sueños me llena de felicidad, espero algún día devolverles este favor con algo que pueda ayudarles en todo momento y si no es así, corresponderles con mis logros, metas y sueños.
Debo aclarar que sin el apoyo de la Fundación no podría alcanzar este logro que ahora forma parte de mi vida, también quiero pedir un ultimo favor ya que es mucho abusar de mi parte, pero si existe la posibilidad de poderme apoyar en Kumon, en el curso de inglés que se abrirá en este año, para poder mejorar mi nivel de inglés, brindarme otra ves esa oportunidad, créanme que la voy aprovechar al máximo como antes lo he hecho, solo me sobra decir que le doy las gracias a Kumon por poder cambiar mi forma de pensar y ver las cosas desde otro punto de vista.
GRACIAS, GRACIAS Y GRACIAS KUMON.