Desde que un niño o niña nace forma parte de un grupo social conformado primero por su familia, luego se va ampliando a la comunidad, a la escuela, al colegio y así sucesivamente. Nace además en un momento histórico determinado, esto es en un año y un país específico. Las personas que lo rodean tratan de ayudarle a conocer el mundo y a comportarse de acuerdo con las normas que rigen a esa sociedad. Por ejemplo se les enseña que se deben vestir y que no deben salir a la calle sin ropa porque eso no es bien visto. Se les enseña a comer con tenedor y cuchara, pues en nuestra sociedad generalmente se usan estos instrumentos para comer. Pero además se les enseña a comportarse como niñas y como niños, partiendo de lo que la sociedad dice que deben ser. Por ejemplo, a las niñas se les dice que deben ser educadas, que deben ser calladas, que no deben gritar, que no deben correr, que deben sentarse con las piernas cerradas, que deben aprender a cocinar, que deben aprender a cuidar, etc. A los niños se les dice que no pueden llorar, que deben ser fuertes, que deben ser bruscos.
En este proceso de enseñar a los niños y a las niñas se les da mayor valor a las características asignadas a los hombres que a las de las mujeres, esto tiene repercusiones negativas para las mujeres. Por ejemplo cuando a las niñas se les enseña a ser sumisas, se les está diciendo que tienen que hacer caso, que no pueden desobedecer, que no pueden defender sus propias ideas. ¿Y a quién tienen que hacerle caso? Pues a los hombres, que son fuertes, inteligentes y saben lo que tienen que hacer.
Esta división hace creer que los hombres y las mujeres son totalmente diferentes, donde unos son los que tienen el poder y las otras las que tienen que obedecer.
El resultado de esto es la discriminación y la violencia en contra de las mujeres. Por esto es importante educar a los niños y a las niñas en la igualdad y la equidad.
Deben aprender que todas las personas tienen el mismo valor y todas tienen los mismos derechos, que ningún sexo vale más que el otro, que tanto las mujeres como los hombres son personas que tienen derecho a desarrollarse y a crecer libres de estereotipos, y que las características asignadas pueden ser para ambos sexos. Por ejemplo los hombres a veces pueden ser débiles, pueden llorar, ser tiernos, pueden hacer tareas de la casa y que las mujeres también pueden ser fuertes, inteligentes y emprendedoras.