La irrupción de las nuevas tecnologías nos obliga a
educar a los niños de forma distinta.
Howard Gardner
La contingencia provocada por el virus COVID-19 está produciendo un cambio en la forma en que se educa y se instruye a millones de niños, niñas y adolescentes alrededor del mundo.
Hasta hace unos meses, las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) han pasado de ser herramientas adicionales a instrumentos básicos y necesarios en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Ante este panorama, se vuelve fundamental que en nuestro país comencemos a trabajar en dos vías fundamentales: reducción de la brecha digital y la alfabetización digital de los usuarios de los dispositivos digitales.
Para adoptar el modelo de enseñanza digital, en primer lugar debemos reducir la enorme brecha digital que aún existe en México, no podemos esperar que, en país en donde 6 de cada 10 hogares no tiene acceso a una computadora personal y sólo el 50% de la población tiene acceso a internet; las niñas, niños y adolescentes se eduquen de manera digital.
Si está barrera del acceso no fuera suficiente, también debemos considerar que la población que tiene acceso a las TIC aún no tiene las habilidades digitales necesarias para educarse a través de esta vía. Para muestra basta un botón, datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares, indican que en México las principales actividades realizadas en Internet son: entretenimiento (90.5%), comunicarse (90.3%) y obtener información (86.9 por ciento).
En Fundación ¿Sabías que…? IBP tenemos en claro que reducir la brecha digital no es suficiente, hoy más que nunca debemos aportar por la alfabetización digital de nuestros pequeños y jóvenes.