“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.” Eduardo Galeano
En Fundación ¿Sabías que…? IBP estamos muy contentos organizando el plan de trabajo del periodo Primavera 2020 de nuestros programas. Después de un breve receso, estamos conformando nuestro equipo de jóvenes prestadores de Servicio Social.
Durante enero y febrero, tuvimos la oportunidad de acudir a las ferias de servicio social organizadas por nuestros aliados del Tecnológico de Monterrey campus Puebla, la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y la Universidad de las Américas Puebla. Estamos seguros que sus estudiantes nos ayudarán a construir un México mejor para los habitantes de las comunidades de la Sierra del Tentzo.
Esta semana, llevaremos a cabo las juntas informativas y de inscripción con los jóvenes seleccionados por la coordinación de Servicio Social y Voluntariado. Nuestra intención es comenzar actividades en comunidades durante la primera semana de Marzo.
Estamos ansiosos por convivir con los niños, niñas y adolescentes de San Juan Tzicatlacoyan y La Libertad Tecola. Queremos seguir apoyando su educación.
La educación escolarizada es considerada el motor del desarrollo personal y social, y por lo tanto adquiere gran relevancia como uno de los derechos humanos fundamentales (INEE, 2010a), en el sentido de que el derecho a la educación es clave para el empoderamiento de las personas respecto a todos sus otros derechos (Hevia, R., 2010). De aquí que el rezago educativo es uno de los principales problemas sociales al que se enfrentan los países porque constituye un fuerte obstáculo para el desarrollo de las sociedades, de manera que su combate debe ser una tarea primordial. En reconocimiento a esto, diversas medidas de pobreza y desarrollo, como el Índice de Desarrollo Humano, el índice de marginación o la pobreza multidimensional, incluyen de alguna forma al rezago educativo como uno de sus indicadores.
Estudios del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) distinguen que entre los factores asociados a la escuela se cuentan, desde luego, los que tienen que ver con los maestros, como su preparación y sus condiciones de trabajo, pero también los relacionados con los recursos materiales con los cuales se dispone, y con los procesos que tienen lugar en aulas y escuelas: procesos pedagógicos, de gestión y relacionados con la participación de los padres de familia, entre otros.
En el caso de la educación de jóvenes es particularmente importante la pertinencia y relevancia de los contenidos; es decir, que la enseñanza recibida esté estrechamente relacionada con su mundo, con sus necesidades e intereses de la vida cotidiana en sus contextos culturales. Muchos jóvenes y adultos dejan de estudiar porque no encuentran relación entre lo que se les enseña y sus experiencias. El desencuentro entre la vida, el trabajo y la enseñanza propicia el abandono de los estudios.
El derecho a la educación no se satisface solamente con el acceso y la permanencia en las escuelas; se cumple, efectivamente, cuando los alumnos logran aprendizajes significativos útiles para su vida diaria, es decir, cuando se ofrece una educación de buena calidad y con pertinencia cultural y laboral para toda la población.
En México, a pesar de la Declaración de las Naciones Unidas sobre el Derecho Humano al Desarrollo, es evidente un mayor interés por el comportamiento de indicadores económicos que, paradójicamente, producen pobreza –vivida como desigualdad, marginalidad e inequidad en el acceso a servicios básicos. Y aún con el interés por superar esta condición, es notorio que los programas del gobierno basados en transferencias directas no la erradican.
En Fundación ¿Sabías que…? IBP tenemos claro que el acceso a la cultura, al saber y a la educación es fundamental para que cada persona pueda desarrollar todo su potencial y contribuir al desarrollo de su comunidad. Cuando se vive en situación de pobreza, acceder a estos derechos no siempre es fácil. De ahí que sea una de nuestras prioridades para los próximos años.
A través de nuestros proyectos, y en colaboración con otras personas y colectivos, queremos que se reconozca el saber experiencial y el conocimiento de quienes resisten la extrema pobreza en su vida diaria. Reforzamos el espacio familiar (persona, familia, comunidad) como primer espacio educativo, llevamos a cabo proyectos de saber compartido, de saber en la calle y mantenemos una movilización constante para que la escuela y la educación estén al alcance de todas las personas.
El fomento de la cultura y las artes sirven como plataforma y herramienta de expresión para realizar cambios importantes en la sociedad, como medio de comunicación y crítica social. Asimismo, es un hilo conductor que nos permite ver los cambios de las épocas, costumbres, formas de vida desde el inicio de la humanidad.
Por medio de las artes y la cultura se busca impulsar el desarrollo emocional, intelectual y personal de niños, niñas y adolescentes de las comunidades, además de lograr una manera de comunicarse y conectarse con los otros a través de la socialización entre las diferentes comunidades, por lo que se generará inclusión con los beneficiarios a través de talleres que promuevan su participación y les permita potenciar su desarrollo social y psicoemocional.
Así mismo se desarrollara un acercamiento a través de talleres de sensibilización sobre problemáticas sociales y cotidianos a los que pueden enfrentarse al salir de sus comunidades e incluso dentro de las mismas en su día a día. Con la finalidad de generar estrategias de toma de decisiones en caso de enfrentarse a alguna en el futuro fomentando cambios de actitud, valores y hábitos positivos en los beneficiarios.
#Yosoysabiasque 